Con el acelerador a fondo
El especialista Clive James dijo en Buenos Aires que está lista la nueva ola de eventos biotecnológicos.
El especialista Clive James dijo en Buenos Aires que está lista la nueva ola de eventos biotecnológicos.
La biotecnología asumirá un rol cada vez más central como herramienta estratégica para reducir el hambre, que afecta a 1000 millones de personas en todo el mundo. Así lo consideró Clive James, fundador y presidente del reconocido Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA, por sus siglas en inglés). Y advirtió que debería duplicarse la producción sustentable de alimentos para 2050. Según el especialista, en los próximos 50 años se consumirá dos veces más comida que en toda la historia. Por ello, señaló que "ya no se trata de luchar sólo por la seguridad alimentaria, sino por la autosuficiencia alimentaria".
Convocado por ArgenBio, James visitó la Argentina el miércoles pasado para difundir los resultados del último estudio del ISAAA, que proyecta una fuerte expansión de los cultivos genéticamente modificados, principalmente, en los países en desarrollo. El informe revela que "en 2009, 14 millones de agricultores cultivaron 134 millones de hectáreas de transgénicos en 25 países, un aumento respecto de los 13,3 millones de agricultores y 125 millones de hectáreas en 2008". Y destaca que "el 90%, fueron agricultores con escasos recursos de países en desarrollo".
James comentó que, si bien "no son la panacea", 14 años de experiencia demostraron que "los cultivos GM tienen mayores ventajas para lograr más kilos por hectárea que los convencionales". Pero aclaró que "una estrategia exitosa debe tener múltiples abordajes que contemplen el aumento de la población y una mejor distribución de los alimentos, combinando lo mejor de la tecnología convencional y lo mejor de la biotecnología".
En cuanto a la discusión por la propiedad de los eventos, el experto sostuvo que la situación está cambiando para bien. Y que este tema es central, "porque todo indica que los países que logren ser autosuficientes serán los líderes en esta segunda etapa". Así lo entendió Brasil, que evidenció el mayor crecimiento en 2009, sembrando 21,4 millones de hectáreas de transgénicos (35% más que en 2008), y desplazando a la Argentina del segundo lugar que mantuvo por más de una década. Para James, China es un ejemplo de voluntad de liderazgo. Invirtió más de 1.300 millones de dólares y cuenta con 2.000 profesionales abocados a desarrollos biotecnológicos, pero posee pocas tierras cultivables (sólo tiene 3,7 millones de hectáreas con transgénicos). A pesar de ello, el año pasado aprobó el arroz Bt y el maíz con fitasa para alimentación animal, que limita la cantidad de fósforo liberado a través del estiércol. "China comprendió que la biotecnología aumenta la producción y la hace menos contaminante", afirmó James, para quien quiera oírlo.