Buscan en el camalote una utilidad productiva y ambiental

Un proyecto realizado por investigadores de la UNNE y el CECOAL busca determinar la viabilidad de aprovechar el camalote o jacinto de agua para darle utilidad productiva y ambiental, fundamentalmente como reparador de ambientes eutrofizados.

Un proyecto realizado por investigadores de la UNNE y el CECOAL busca determinar la viabilidad de aprovechar el camalote o jacinto de agua para darle utilidad productiva y ambiental, fundamentalmente como reparador de ambientes eutrofizados.

El camalote, o Eichhornia crassipes, presenta la particularidad de crecer en lagunas y planicies de ríos como el Paraná generando abundante biomasa vegetal, cuando se dan factores tales como nivel de nutrientes adecuados como Nitrógeno, Fósforo y Potasio, y temperatura y radiación. Debido a sus características biológicas, es útil como purificador biológico o fitorremediador tanto del exceso de nutrientes como de compuestos orgánicos, además de tener la particularidad de acumular metales pesados en raíces y en hojas.

Cuando existen en los cuerpos de agua excedentes de nutrientes, especialmente Fósforo y Nitrógeno, se genera un tipo de contaminación llamada eutrofización produciéndose un crecimiento mayor (tanto en cantidad como en calidad) de camalotes, lo que afecta al resto del ambiente. En lugares citados anteriormente, estas plantas constituyen la vegetación acuática dominante con una cobertura que oscila entre el 70 y 100%, de acuerdo a diversos factores que alientan o frenan su crecimiento, según explicó Ramos, autor del proyecto y profesional de la Asignatura Ecología y Medio Ambiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Naturales y Agrimensura de la UNNE, quien trabajó además con la doctora Alicia Poi de Neiff también docente de la UNNE, y ambos integrantes del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL).

En tal sentido, a través de estudios realizados en el CECOAL en lagunas de nuestra zona y
sustentadas en experiencias de laboratorio, se determinaron valores referentes al crecimiento, biomasa y productividad de los camalotes. De acuerdo a los datos obtenidos, el número de plantas por unidad de superficie, su biomasa y su rápido crecimiento en las condiciones climáticas de la región suponen su utilización como recurso natural sostenible.

El profesional explicó que, si bien la oferta de camalotes es constante, las condiciones para la extracción de las plantas fluctúan ampliamente según las variaciones del nivel hidrométrico del río Paraná y la mayor concentración y cobertura de estas plantas se encuentra en lagunas a las que es difícil llegar con máquinas pesadas lo que incidiría en los costos de extracción, que económicamente haría inviable cualquier proyecto. Ante tales limitaciones, en la investigación se analizó la posibilidad de utilizar esta planta en lagunas de estabilización construidas artificialmente o cuerpos de agua con ciertas condiciones para el manejo y extracción de las poblaciones de camalotes, lo cual fue implementado con éxito en otros países.

En estos ambientes más accesibles, podría hacerse una implantación productiva de los mismos conservando una cantidad estable de plantas que permitirían mantener equilibrados los indicadores ambientales del curso de agua y extrayendo o cosechando para su utilización el excedente de los mismos. La región nordeste presenta condiciones óptimas de temperatura y radiación que posibilitan que en un tiempo de 14 días, en buenas condiciones de Nitrógeno y Fósforo, se duplique la población de camalotes, lo que aseguraría un abastecimiento continuo de la masa vegetal considerada como materia prima.

Sobre las posibles utilidades de esta macrófita acuática, Ramos explicó que podría introducirse primero para recuperar lagunas eutrofizadas y a su vez bioacumular metales pesados tales como Cadmio, Plomo, Mercurio y Níquel que suelen estar presentes en exceso en muchos ambientes acuosos que reciben efluentes vertidos por el hombre sin ningún tratamiento previo.
Pero además del uso como fitoremediador de ambientes, podría ser utilizado como alimento del ganado, nutriente de suelos (compost) e incluso como materia prima para generación de biogás. "El análisis efectuado permite afirmar que el aprovechamiento de camalotes debería ser concebido dentro de un esquema de gestión de uso múltiple, dado que cualquier acción basada en el uso exclusivo de alguna de las opciones de uso, sería económicamente poco viable y por lo tanto destinada al fracaso" expresó Ramos.

Sostuvo en tal sentido, que se constituye en un recurso natural renovable y sostenible, que demanda un manejo integral y que comparado a otras plantas habitualmente explotadas comercialmente, puede aprovecharse en forma simple, con buenas posibilidades de productividad y solucionando problemas de contaminación que generalmente son ocasionados por el hombre.