Los agricultores brasileños podrían haber ganado 4,6 mil millones de dólares si hubieran usado variedades transgénicas

La estimación es parte del estudio realizado por la Consultora Céleres, a pedido del Consejo para la Información de la Biotecnología de Brasil (CIB), y que ofrece datos inéditos sobre la situación de los agronegocios y del campo en ese país. La estimación es parte del estudio realizado por la Consultora Céleres, a pedido del Consejo para la Información de la Biotecnología de Brasil (CIB), y que ofrece datos inéditos sobre la situación de los agronegocios y del campo en ese país. Si no hubiera sido por los obstáculos burocráticos, legales e ideológicos que inmovilizaron el desarrollo de la investigación y del uso de la biotecnología en Brasil, los productores podrían haber acumulado una ganancia de US$ 4,6 mil millones en la última década, solamente con la soja genéticamente modificada. En la realidad, y para la soja transgénica, el número no pasa de los US$ 1,5 mil millones - un valor significativo, pero bastante menor que el de los principales competidores en el mercado mundial, especialmente Estados Unidos y Argentina, que autorizaron su siembra y comercialización mucho antes que Brasil. Es importante remarcar que las variedades transgénicas de soja comenzaron a adoptarse en el territorio nacional en 1997, aunque legalmente sólo desde 2003, a partir de la firma de una medida provisoria. Esta es una de las principales conclusiones que surgen del estudio 'Beneficios Económicos y Ambientales de la Biotecnología en Brasil', desarrollado por la Consultora Céleres y a pedido del Consejo para la Información de la Biotecnología de Brasil (CIB). El estudio fue presentado hoy durante la Feria Show Rural 2007, la feria más importante de agronegocios del sur de Brasil. 'La diferencia entre el valor real y el potencial, unos US$ 3,1 mil millones, podría haber sido de gran ayuda para los productores de soja brasileños, especialmente en los últimos dos años, en los que el sector experimentó la peor crisis de su historia reciente. Habría ayudado también al Tesoro Nacional, cuya intervención en la crisis no hubiera sido necesaria', señaló el consultor Anderson Galv㯬 autor de la investigación. Según la directora ejecutiva del CIB, Alda Lerayer, los resultados indican, de manera irrefutable, las pérdidas que los agricultores fueron acumulando en los últimos años por causas que nada tienen que ver con lo científico-técnico. 'El escenario nacional requiere cambios urgentes con respecto a la adopción de la biotecnología, porque las trabas que hoy tenemos en nuestro país sólo benefician a nuestros competidores directos en los mercados internacionales', explicó la vocera del Consejo. Analizando las consecuencias del atraso en la adopción de los transgénicos y su impacto en la economía nacional, el estudio también se focaliza en los beneficios económicos y ambientales que la biotecnología podría haber tenido, y cómo esta tecnología podría haber ayudado a alcanzar objetivos de desarrollo sustentable, como los del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), recientemente lanzado por el Gobierno Federal. 'Depende de los funcionarios involucrados crear las condiciones para maximizar el potencial de esta tecnología', comentó Galv㯮 'El sistema regulatorio debe tener en cuenta el derecho del consumidor a estar informado, basado en premisas científicas válidas, y teniendo siempre en mente los beneficios económicos y sociales de las tecnologías', señaló. Desde los inicios de la adopción de la soja transgénica, las exportaciones totales de este grano se han duplicado, mostrando que el desarrollo de la biotecnología no ha afectado negativamente el comercio exterior. 'Los datos sólo confirman que los productores tienen la percepción de los beneficios directos e indirectos de la biotecnología en los agronegocios, y quieren continuar en este camino', expresó Alda Lerayer. 'Sino fuera así, la adopción iría disminuyendo', explicó. Usando la misma metodología empleada para evaluar los beneficios socioeconómicos de la soja, el estudio esbozó algunos escenarios para los productores de maíz y de algodón en la próxima década, en el caso en que el desarrollo y adopción de la biotecnología fueran obstaculizados. En el caso del maíz, los agricultores dejarían de ganar US$ 6,9 mil millones, y en el caso del algodón, el agronegocio perdería la oportunidad de absorber unos US$ 2,1 mil millones. Es importante destacar que, para el caso del maíz y del algodón, se necesitarán nuevos estudios, a medida que la adopción de estos cultivos transgénicos se consolide en Brasil. 'En el momento en que Brasil tiene la oportunidad de transformarse en un actor importante en el mercado internacional de maíz y consolidar su posición en el panorama mundial de algodón, es fundamental que el desarrollo de las herramientas que potencian la competitividad no se vea obstaculizado', afirmó Galv㯮