Especial Día de la Mujer: Entrevista a Dalia Lewi

Dalia Marcela Lewi: Ingeniera Agrónoma y Doctora en Ciencias Biológicas, apasionada por la Genética, hizo de esta disciplina el eje central de su carrera y hoy trabaja en el INTA en Biotecnología Vegetal y Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados. “Lo que elijas hacer, hacélo con pasión”, nos dice Dalia en esta entrevista. 


Dalia es Ingeniera Agrónoma con orientación Fitotecnia y Doctora en Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Actualmente lidera el Grupo de Transformación Genética Vegetal en el Instituto de Genética del Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias de INTA. Trabaja en temas de Biotecnología Vegetal y Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados. Representa al INTA en CONABIA (Comisión Nacional Asesora en Biotecnología Agropecuaria) y en el Comité de Evaluación de OGM de SENASA. Es docente de Bioseguridad y Evaluación de riesgo de OGM en la carrera de Ingeniería en Agrobiotecnología de la UNSAM. Además es Miembro de la Comisión Directiva de REDBIO Argentina Asociación Civil. 

¿En qué consiste tu trabajo?
Actualmente coordino un grupo y un proyecto de investigación en INTA. En esos roles, las tareas son diversas: dirigir trabajos de tesis de grado y posgrado, discutir y coordinar las actividades que desarrollan los y las integrantes del grupo de trabajo, organizar seminarios y reuniones para estudiar y analizar temas puntuales de nuestra área de trabajo. Además, nos ocupamos de redactar proyectos para obtener subsidios para investigar, escribir trabajos de investigación para publicar, organizar cursos o jornadas. En fin, las tareas son muchas y diversas.

¿Por qué te gusta tu trabajo?
Lo que más me gusta de mi trabajo es que cada día es diferente al siguiente y al anterior. Siempre hay desafíos para abordar y la necesidad de contar con nuevas ideas para resolverlos.

¿Qué te inspiró para convertirte en científica y trabajar en esta área?

Decidí estudiar agronomía porque me gustaba mucho todo lo relacionado con las plantas, desde su anatomía y fisiología, hasta el diseño de parques y jardines. Pero lo que me inspiró definitivamente para dedicarme a la investigación fue cuando cursé la materia Genética. Fue como un flash. Me encantó la disciplina y decidí que mi carrera tenía que tener a la Genética como eje central. Cuando me recibí, me empecé a interiorizar en las aplicaciones de la Genética en la Biotecnología Vegetal y me sumergí directamente allí.

¿Cuál es la base del éxito de tu trabajo?  
La base para toda carrera científica es el estudio, la dedicación, la observación, la paciencia y el trabajo en grupo. De diez experimentos que hacés, quizás tengas resultados sólo de uno, pero a partir de ese resultado se abren preguntas para otros diez. Si te frustrás en el primer intento, difícilmente puedas avanzar. Si conservás el optimismo, te va mucho mejor. Contar con el apoyo de un grupo de trabajo multidisciplinario es fundamental. En el ámbito personal, además es importante sentirse contenida y acompañada por la familia.

¿Qué consejo le darías a las mujeres jóvenes que quieren contribuir a mejorar la producción de alimentos y a una agricultura sustentable?
La producción de alimentos consiste en la conjunción de varias disciplinas: el mejoramiento genético, el cuidado de los cultivos, de las cosechas, el correcto almacenamiento y procesamiento y la distribución a los hogares. En todos esos campos, la intervención de las mujeres es fundamental. Si bien hoy en día los paradigmas están cambiando, todavía la responsabilidad de que las familias se alimenten de forma correcta y balanceada recae, en gran parte, en la mirada de la mujer y eso es vital para una alimentación saludable, ya que también empuja la demanda hacia una producción sustentable y saludable de alimentos.

¿En qué creés que debe cambiar la agricultura para mejorar el futuro?
Para mí, dos cosas son fundamentales: que la agricultura se diversifique y que sea de proximidad. La diversificación, en la medida en que las condiciones agroecológicas lo permitan en cada zona, y la proximidad de las producciones a las zonas de consumo permite que los productos lleguen en mejores condiciones sin perder sus atributos físicos y nutricionales.

¿Cuál es el mayor desafío que enfrentás como mujer en el rol que desempeñás y qué creés que es necesario hacer para superarlo?
El ámbito de la agricultura siempre fue bastante machista. Hoy en día quizás está cambiando, pero si observamos actualmente cuántas mujeres hay en los puestos de dirección en las instituciones y en las empresas, podemos comprender que el acceso de la mujer a esos niveles es, por lo menos, reducido. Seguramente no es por falta de capacidades. Para superar esta situación la tarea debe ser colectiva, en todos los ámbitos y todos los niveles, tanto de varones como de mujeres.

¿Cuál pensás que es el papel de la mujer en la ciencia? ¿Creés que las mujeres ocupan el lugar que deberían ocupar en la ciencia?
Hay trabajos que indican que hay más mujeres que hombres en el ámbito científico, especialmente a nivel de becarias de grado y posgrado. La situación cambia a medida que se sube en el nivel de responsabilidad. Creo que el papel de la mujer en la ciencia, de su mirada, de su inteligencia, de su capacidad de estar en varias cuestiones a la vez y resolverlas, es fundamental para el avance científico y tecnológico. En nuestro país hay numerosos ejemplos que afirman esta aseveración. Aún falta mucho camino por recorrer, pero hay avances: actualmente y por primera vez tenemos una presidenta mujer en INTA y en CONICET.

Si tuvieras que elegir una frase para que te represente en esta entrevista ¿cuál sería?
Especialmente cuando hablo con jóvenes y con mis hijas les insisto “aquello que elijas hacer, hacélo con pasión”.

 

Foto: gentileza INTA