Distinguen a dos jóvenes investigadoras rosarinas

Dos científicas rosarinas fueron distinguidas con el premio nacional L´Oreal Unesco “Por la mujer en la ciencia”. Fabiana Drincovich y Jorgelina Ottado se alzaron con menciones especiales por sus trabajos.

Dos científicas rosarinas fueron distinguidas con el premio nacional L´Oreal Unesco “Por la mujer en la ciencia”. Fabiana Drincovich y Jorgelina Ottado se alzaron con menciones especiales por sus trabajos.

Fabiana Drincovich y Jorgelina Ottado desarrollan su actividad en el Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos (Cefobi) y en el Instituto de Biología Molecular y Celular (IBR), respectivamente, como profesionales del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). El reconocimiento tuvo un plusvalor para la ciudad: de los cinco trabajos ganadores, la Universidad Nacional de Rosario se adjudicó dos.

La distinción, con respaldo del Conicet, tiene como objetivo reconocer y apoyar las carreras de las jóvenes investigadoras del país. En esta, su tercera edición, el primer premio fue para Andrea Gamarnik del Instituto Leloir por sus investigaciones sobre el virus del dengue. Las distinciones se entregaron el lunes en el Senado de la Nación, donde Drincovich y Ottado recibieron placa, diploma y dos mil dólares como premio al esfuerzo que implica la actividad que realizan.

“El premio es muy importante porque incentiva la igualdad y la no discriminación por cuestiones de género ya que a pesar de que hay muchas mujeres investigando no están en los lugares de poder y decisión”, aseguró Ottado. Y consideró que el reconocimiento incentiva a continuar con un trabajo que suele llevar “muchas horas por día y que no se corta ni aun cuando uno termina la jornada de trabajo”, argumentó la científica, que además es jefa de prácticos de Biología Molecular en la Facultad de Bioquímica.

La investigadora Jorgelina Ottado recibió la mención por su trabajo sobre cancrosis de cítricos, una enfermedad producida por una bacteria que genera pequeñas depresiones en la cáscara sin consecuencia para el consumo pero sí a la hora de la exportación. Una fruta así afectada no podrá entrar al Mercado Común Europeo, además de bajar la producción de las plantas ya que esta patología disminuye el área de fotosíntesis de las hojas. Ottado, que es ingeniera agrónoma y doctora en bioquímica, explicó que la investigación que encabeza en el IBR tiene como objetivo las bases moleculares de la enfermedad que afecta la interacción de la bacteria con la planta. “Queda para el futuro elaborar estrategias para el control de la patología en los cultivares”, señaló. En la Argentina existen grandes regiones productoras de naranjas, limones, mandarinas y pomelos que están afectadas por cancrosis de cítricos.

Desde el Cefobi, María Fabiana Drincovich obtuvo el galardón por sus avances en el estudio de los factores relacionados a la calidad y protección del estrés de los frutos. “Estudio las proteínas implicadas en la fotosíntesis para que la planta pueda captar más luz y generar energía de forma más eficiente”, explicó la doctora, que es investigadora independiente del Conicet, además de profesora asociada en la Facultad de Bioquímica y directora de la Escuela de Biotecnología de la UNR.Los estudios de Drincovich posibilitan la identificación de las variedades de frutos resistentes y con propiedades diferenciales, capaces de aumentar el tiempo de almacenamiento manteniendo su calidad.

La aplicación de estos avances a las tecnologías de conservación supone un fuerte impacto en el desarrollo de las economías regionales.