La provincia de Santa Fe habilitó la primera planta que recicla todos sus efluentes

La empresa surgió del proyecto Energías Renovables Argentinas, que comenzó en un taller de la Universidad Católica de Rosario. Se trata de una fábrica que destilará biodiesel y otros productos derivados con tecnología de avanzada con mínimo impacto ambiental y sin emisión de efluentes.

La empresa surgió del proyecto Energías Renovables Argentinas, que comenzó en un taller de la Universidad Católica de Rosario. Se trata de una fábrica que destilará biodiesel y otros productos derivados con tecnología de avanzada con mínimo impacto ambiental y sin emisión de efluentes.

En poco tiempo comenzará a funcionar la primera planta de ciclo cerrado de la provincia habilitada por la Secretaría de Desarrollo y Medio Ambiente de Santa Fe. Se trata de una fábrica que destilará biodiesel y otros productos químicos derivados bajo tecnología de avanzada con mínimo impacto ambiental y sin emisión de efluentes, bajo patrones de funcionamiento con "procesos amigables con el medio", según definieron sus propietarios.

El proyecto Energías Renovables Argentinas (ERA), que ahora aguarda la aprobación de la Secretaría de Energía de la Nación para empezar a producir, comenzó en 2004 en un taller de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica de Rosario que tenía por objetivo aumentar la productividad en la región, en un nuevo segmento, con un nicho específico e innovador en el rubro bioenergía. Un grupo de estudiantes decidió continuar con la iniciativa desarrollada en el taller y hacerla realidad. Durante un año comenzaron a recorrer el camino para conformar un equipo multidisciplinario con el aporte de unos 18 profesionales de la región centro-oeste de la provincia.

De ese modo se definió el proyecto de construir una planta de biocombustibles y energías renovables. En 2005 el proyecto se consolidó y comenzó la etapa de búsqueda de inversores, una tarea que concluyó al finalizar ese año. En octubre de 2006 se constituyó el acta societaria de la empresa y en diciembre comenzaron las obras de construcción de la planta de biodiesel en un terreno lindero con la planta urbana, al oeste de la población.

E
l desarrollo de la infraestructura aplicada en ese lugar es el primer escalón del proyecto general que contempla un esquema de desarrollo regional integrado. En ese espectro abarca actividades económicas como la agricultura, la alimentación y la química fina, pasando por todos los sistemas productivos. Se pretende imponer como referente al proyecto de energías renovables integradas impulsado por ERA.

La planta se terminó de construir, a la brevedad comenzará a funcionar y se configuró bajo un sistema de efluentes cero o ciclo cerrado. Un anhelo industrial que combina diseño tecnológico de avanzada y la decisión política de utilizar productos determinados cuyos efluentes se convierten en subproductos."Aceites vegetales y catalizadores determinados con base de potasio, reacciones con ausencia de agua para evitar la formación de jabones sometidos a un proceso que emplea alta tecnología permiten obtener subproductos como bases para fertilizantes de base fosfórica o de cloruro de potasio, sin contenido de sodio por lo que no dañan al suelo", dijo Cobalti. A su vez el uso de agua para lavar instalaciones es reducido y se adaptó una planta de purificación de gliserol —uno de los derivados— que aplica una tecnología de bajo coso y alta eficiencia para obtener glicerina en un grado de pureza que le da un buen valor agregado.

E
n el desarrollo del proyecto ERA intervienen integrantes de Santa Fe, Piamonte, María Susana, San Jorge, Carlos Pellegrini y El Trébol y además de la flamante planta erigida en Piamonte, llevan adelante otros emprendimientos complementarios relacionados, como procesos de crashing (extracción de aceite de una oleaginosa) y mecanismos de eficientización de rubros como la lechería y sus derivados. De este modo se cierra un circuito que tiene que ver con la extracción del aceite de soja para alimentación o combustible, por otra parte se realiza la extracción de harina proteica del mismo prensado con destino a alimentación para animales de tambo y de este último se extraen desechos para la obtención de biogás.

La planta de Piamonte, que en principio generará empleo para unas 40 personas, abastecerá de productos químicos al mercado interno de biocombustibles y bases para la fabricación de químicos agrarios. "Todos con la característica de ser biodegradables", explicaron sus propietarios. En principio, la empresa exportará a Uruguay, Chile y Paraguay, explicaron los directivos. Procesará unas 30 toneladas diarias de oleaginosas para obtener unas 25 toneladas de biocombustibles, 2,5 de glicerina y una cantidad similar de bases para biofertilizantes.