En el Simposio Innovación en Argentina, se aseguró que 'la biotecnología es una aliada de la agricultura en Israel'

Se realizó en Buenos Aires el Simposio Innovación, organizado por Los Amigos Argentinos de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Se realizó en Buenos Aires el Simposio Innovación, organizado por Los Amigos Argentinos de la Universidad Hebrea de Jerusalén. En dicho encuentro participó Jaime Kigel, investigador de la Facultad de Agricultura, Nutrición y Ciencias Ambientales y Ph.D en Agricultura -la facultad de Agronomía pertenece a la Universidad Hebrea de Jerusalén, quien aseguró que la biotecnología es una aliada de la agricultura en Israel. Israel presenta para la agricultura ciertos inconvenientes: a diferencia de Argentina, "es un país chico" y que tiene una población de casi 7 millones de habitantes. Además, la fuerza laboral rural también es bastante pequeña. Según Kigel, Israel se autoabastece aproximadamente en un 90% de lo que se denominan alimentos frescos, (leches, huevos, hortalizas, frutos. etc.). Los cereales en su mayor parte son importados, porque no hay extensión para su cultivo. Lo mismo sucede con la carne vacuna y los pescados. Lo que determina el potencial de la agricultura y del mercado de Israel es su posición geográfica. Está entre el Mediterráneo y el desierto, en una zona seca cerca de Europa, pero el factor limitante es el agua. El clima es mediterráneo con un invierno lluvioso, que representa la época de crecimiento, pero que sólo dura sólo 4 a 6 meses. El resto del año prácticamente no llueve. Para Kigel, frente a todas estas limitaciones la biotecnología tiene un papel muy importante, como también las nuevas y diferentes funciones de la agricultura. "En el futuro, la agricultura será mucho más intensiva", aseguró. "Se requerirán nuevas variedades, cultivos especiales, nuevos cultivos con resistencia a plagas, enfermedades y sequía", dijo Kigel. También habrá nuevas y diferentes funciones de la agricultura, no sólo en la producción, sino también en el sistema ecológico de los espacios abiertos. Se trabaja muchísimo en mejorar la situación climática para los cultivos, para que, por ejemplo, no los afecte la sequía. En garbanzos, un producto muy importante, uno de los problemas es la caída de los frutos, y en la facultad se están desarrollando nuevas variedades con más rápido crecimiento en invierno, más resistencia a enfermedades y de maduración temprana para escapar a las condiciones del verano. Va a haber un cambio muy radical en los cultivos de exportación, en los últimos 20 años hubo un gran incremento de envíos al exterior de frutos, flores y hortalizas. Agregó Kigel, "Nuestro enfoque acá es un poco diferente al que existe en otros lugares; por ejemplo, queremos producir claveles de color violeta. Además, se pueden producir rosas azules; no hay rosas azules y pueden ser muy atractivas".