Desarrollan Cerámicas Autolimpiantes y Bactericidas

Un nuevo recubrimiento utiliza la luz del sol para eliminar bacterias y suciedad Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (FCEyN) y del Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía del Conicet. Un nuevo recubrimiento utiliza la luz del sol para eliminar bacterias y suciedad Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (FCEyN) y del Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía del Conicet diseñaron un recubrimiento que, al ser iluminado, "quema" todo aquello que se encuentre adherido a su superficie, dejando como residuos dióxido de carbono y agua. El proyecto acaba de recibir un subsidio del programa "Exactas con la Sociedad", de esa facultad, para profundizar la investigación y transferir los conocimientos a la Cooperativa Fasinpat (ex Zanón) de Neuquén, una fábrica recuperada por sus trabajadores. "Es una apuesta por un actor social que puede aprovechar un nuevo nicho de manera cooperativa", señala la doctora Sara Aldabe Bilmes, directora del proyecto. El compuesto, que a futuro podría aliviar el trabajo de las amas de casa, es el dióxido de titanio (TiO2), una sustancia de bajo costo ampliamente utilizada en la industria para dar color blanco a los cosméticos, pinturas, en jugos artificiales, o como barrera protectora del sol en cremas para la piel. Pero su potencialidad de limpiador está dada por su cualidad de semiconductor, que determina que, cuando la luz ultravioleta incide sobre él, los electrones cargados negativamente se desplacen por el material dejando en su lugar "huecos" de carga positiva. "Esos huecos son muy oxidantes y provocan la combustión de las sustancias orgánicas que están en las cercanías", explica el doctor Roberto Candal, coordinador del proyecto. También agregó que el desarrollo es ideal para lugares difíciles de limpiar, como exteriores y en cerámicos de interiores, dado que el TiO2 también es sensible a la "luz negra" (la que se utiliza en las carnicerías para atraer a moscas y otros insectos). El interés social de los científicos no sólo apunta a la posible aplicación de las cerámicas autolimpiantes y bactericidas en comedores escolares, hospitales y edificios públicos. "Pensamos en dispensarios de lugares alejados de las ciudades donde el acceso a desinfectantes y a elementos de limpieza a veces es difícil -comenta Bilmes-. En seis u ocho meses se harán las primeras pruebas en la planta de Neuquén." Entretanto, los investigadores aprovechan el desarrollo logrado para otra actividad de extensión a la sociedad y efectúan experiencias didácticas con estudiantes secundarios: "Les contamos a los chicos cómo es el proceso de trabajo y, después, ellos preparan los azulejos, los manchan, y ven cómo se limpian", relata la doctora Bilmes. También, intentan incorporar TiO2 a materiales de construcción, como yeso o cemento, para evaluar su acción limpiadora en paredes, mamposterías y molduras. "Uno de los desafíos es lograr una película de TiO2 que perdure durante mucho tiempo -consigna Candal-, mientras tanto, estamos avanzando en el desarrollo de un recubrimiento en aerosol para renovar el revestimiento cuando sea necesario." Centro de Divulgación Científica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Por Gabriel Stekolschik