Una ayuda para desarrollar un insecticida que controle la población de vinchucas

Se trata de Rolando Rivera Pomar, titular del Centro Regional de Estudios Genómicos (CREG). La idea es diseñar y validar nuevas estrategias químicas para reducir la población del vector. Se trata de Rolando Rivera Pomar, titular del Centro Regional de Estudios Genómicos (CREG). La idea es diseñar y validar nuevas estrategias químicas para reducir la población del vector. Con su grupo de trabajo y laboratorios internacionales, habían descifrado el genoma de la vinchuca. No se sabe con exactitud cuántos infectados hay en el país. Pero la enfermedad de Chagas sigue vigente. Serían más de 2 millones. Y desde el Centro Regional de Estudios Genómicos (CREG) de la Universidad Nacional de La Plata, un grupo de científicos intenta diseñar y validar nuevas estrategias químicas para reducir la población del vector. Rolando Rivera Pomar, titular del CREG, recibió un subsidio de la Fundación Bunge y Born para desarrollar una investigación -junto a su grupo de trabajo- que consiste en el estudio de la expresión de los genes del insecto y la identificación de pequeñas proteínas que circulan por la vinchuca indicando a cada órgano qué debe hacer (función similar a las hormonas en el hombre). 'Este es el trabajo que va a financiar la Fundación Bunge y Born: identificar estos mensajeros con el fin de diseñar compuestos químicos que los imiten, pero en el momento y en el lugar equivocado. Así, volviendo loco al sistema de señales de un insecto, se podrían idear nuevos insecticidas', explicó a Hoy el investigador. Al estudio de las proteínas codificadas en el genoma de un organismo se lo llama proteomica. 'En nuestro caso, el estudio de las proteínas, junto con otros criterios, nos permitirá seleccionar proteínas algo diferentes a las naturales, que interfieran con ciertos procesos biológicos esenciales (la alimentación, la excreción, entre otros) para reducir el desarrollo de la población de vinchucas', indicó Rivera Pomar. Además, el avance en el estudio del genoma de los insectos -en este caso vinchucas- permitirá, en un futuro, estudiar poblaciones de insectos resistentes a los insecticidas y determinar cuáles genes los hacen resistentes. De esta forma, se podrán idear nuevos productos más efectivos y, además, ecológicamente, más limpios. Uno de los temas prioritarios para el CREG desde su creación es el estudio de genomas de insectos, con énfasis en insectos vectores. Dentro del CREG, el Laboratorio de Genética y Genómica Funcional participa del Consorcio internacional de secuenciación del genoma de rhodnius prolixus, uno de los principales vectores de la enfermedad de Chagas en Latinoamérica. El equipo de investigación, que es coordinado por Rivera Pomar, se complementa con Sheila Ons, Gustavo Saldaña y Ezequiel Paulucci. Tanto Ons como Saldaña son dos investigadores que regresaron a trabajar en el país hace poco (desde España y Alemania, respectivamente). 'Uno de los avances más notables de la biología, en las últimas décadas, fue la decodificación de la información contenida en los genomas. La genómica, el estudio de la totalidad de la información contenida en el ADN, se desarrolló gracias a importantes innovaciones tecnológicas', explicó a Hoy Rivera Pomar. Y agregó: 'Pero este estudio no es suficiente para comprender los fenómenos biológicos. Es como tener el padrón electoral de una ciudad y con eso, intentar saber algo sobre la composición social o el modo de gobierno: no se puede'. Sin embargo, la genómica abrió la oportunidad de desarrollos impensados, sobre todo en el estudio de plagas. Así es como se comenzó a explotar esta información para comprender, por ejemplo, las bases de la resistencia a insecticidas o determinar el blanco de acción. Los trabajos del CREG comenzaron con un objetivo: descifrar el genoma de una de las especies de vinchuca que transmite el mal de Chagas. Y conocer cómo se transmite el parásito que infecta a los humanos. Para trabajar en el proyecto de descifrar el genoma, el CREG se asoció con laboratorios de Argentina, Brasil, Canadá, Estados Unidos y Uruguay en un consorcio internacional. ¿La idea? Descubrir el genoma de la Rhodnius prolixus, nombre científico de una de las vinchucas que transmite el parásito causante de la enfermedad. La obtención del genoma deja a la ciencia a un paso de descubrir una solución para controlar una enfermedad que describió por primera vez en 1909 el médico e infectólogo brasileño Carlos Chagas. 'Los resultados de esta nueva iniciativa científica de la que participa el CREG ponen a la ciencia a un paso de terminar con el mal de Chagas. Si logramos establecer por qué esta vinchuca transmite el virus -y no otros insectos- podremos estudiar los mecanismos para inhibir esa actitud de ese insecto', indicó al presentar la primera etapa del trabajo Rolando Rivera Pomar. Para la primera parte del estudio -el del genoma- el CREG obtuvo fondos de la Agencia nacional de promoción de la ciencia y tecnología para el trienio 2006-2008, como así también apoyo de la Sociedad Max Planck para desarrollar parte de este importante proyecto. Ahora, al hallar un insecticida o producto capaz de eliminar a las vinchucas recibió un subsidio de la fundación. La idea fue secuenciar el genoma del rhodnius prolixus porque la conocida como vinchuca endémica de la argentina -triatoma infestans- tiene un genoma más grande, lo que duplica los costos de secuenciación, y además es más difícil de criar para ensayos de laboratorio. Para llevar a cabo este proyecto los laboratorios internacionales aportaron su capacidad para secuenciar ácidos nucleicos. Y Rivera Pomar asumió la titularidad del comité de seguimiento y coordinación de la secuenciación del genoma de la vinchuca. También se mencionó que el CREG contará a partir de febrero de 2006 con un equipo de secuenciación de última generación, así como con nuevo equipamiento para el análisis de las proteínas del insecto, algunos de los que fueron recientemente adquiridos gracias al apoyo del gobierno de la provincia de Buenos Aires por medio de un convenio de financiamiento firmado en 2005. Asimismo, el CREG tiene colonias de ambos insectos.