Cereales y oleaginosas: hongos del suelo, aliados de los rindes

Incrementan el aprovechamiento del fósforo del suelo, contribuyen a tolerar el estrés hídrico y protegen contra ciertas enfermedades del suelo. Investigaciones del INTA buscan identificarlos y caracterizarlos. Incrementan el aprovechamiento del fósforo del suelo, contribuyen a tolerar el estrés hídrico y protegen contra ciertas enfermedades del suelo. Investigaciones del INTA buscan identificarlos y caracterizarlos.

El laboratorio de biología de suelos del INTA Marcos Juárez –Córdoba– investiga para identificar las especies de hongos que forman las micorrizas –organismos benéficos que aportan al desarrollo de las plantas– en suelos agrícolas de la región e identificar en qué medida ciertas especies contribuyen a la adquisición de fósforo, tolerancia a estrés hídrico y protección ante enfermedades.

Valeria Faggioli, especialista en comunidades microbianas del suelo, indicó que sólo el 10% de los microorganismos del suelo fueron identificados. “Las micorrizas son asociaciones entre los hongos del suelo y las raíces de las plantas y están ampliamente distribuidas en todos los ecosistemas, incluso en las áreas productivas”.

Estos habitantes nativos  mejoran el aprovechamiento del fósforo del suelo. “El conjunto hongo-raíz explora un 47% más de suelo si lo comparamos al que podría llegar la raíz sola”, señaló Faggioli y agregó: Esto es beneficioso por la baja movilidad que posee el fósforo. “Las hifas –filamentos del hongo– traspasan las zonas de agotamiento alrededor de las raíces y pueden alcanzar parches enriquecidos con nutrientes”.

El aumento de la tolerancia al estrés hídrico es otro de los beneficios que aportan sobre la fisiología de las plantas tales como retardo de la marchitez, menor caída de hojas, y en el caso de soja “se observó menor cantidad de vainas vanas. Además, el 75% de las plantas con micorrizas se recuperan más rápido cuando se restituye la condición hídrica”, aseguró la especialista.

Asimismo, estos hongos proveen protección contra los patógenos que se encuentran en el suelo. Mediante mecanismos relacionados a la morfología, crecimiento y modificaciones de las raíces, fisiología de la planta y mejoras en la nutrición del cultivo, las micorrizas fortalecen a la planta para resistir adversidades.  “Este efecto es para tenerlo en cuenta en el marco de una agricultura con menor uso de agroquímicos”, expresó Faggioli.

Habitantes de los suelos

El suelo es un sistema poblado de organismos que contribuyen a la sustentabilidad de los agroecosistemas. Por lo tanto, cualquier práctica de manejo que lo afecte de manera negativa atenta contra sus funciones.

Observaciones a campo determinaron que las micorrizas que se forman en cultivos estivales son mayores cuando el antecesor es un cultivo de cobertura. En cambio, los barbechos no son favorables para el desarrollo de estos hongos.

Para proteger a los hongos formadores de micorrizas es necesario que las condiciones del suelo permitan su supervivencia. En este sentido, “la siembra directa es ideal para la conservación de la estructura”, dijo Faggioli.