Lo transgénico: bueno para la ecología, pues claro!

La biotecnología es una herramienta más que tienen los productores para asegurar la producción de alimentos en el mundo. Como tal no está reñida con ninguna práctica agrícola, ni tradicional, ni de conservación ni la ecológica. Incluso, como se ejemplifica en esta nota, a veces tiene también impactos positivos sobre cultivos circundantes ecológicos y convencionales.
La biotecnología es una herramienta más que tienen los productores para asegurar la producción de alimentos en el mundo. Como tal no está reñida con ninguna práctica agrícola, ni tradicional, ni de conservación ni la ecológica. Incluso, como se ejemplifica en esta nota, a veces tiene también impactos positivos sobre cultivos circundantes ecológicos y convencionales.

Lo he dicho muchas veces y lo seguiré diciendo hasta perder la voz: la biotecnología, como herramienta en agricultura, no está reñida con ninguna práctica agrícola, ni la tradicional, ni la de conservación ni, por supuesto, la ecológica. Son otros sectores de la población biotecnófoba –dicho en un sentido amplio y sin intencionalidad - los que hacen de la posibilidad de modificación genética puntual de plantas un frente bélico sin cuartel, sin prisioneros. Sin embargo, la investigación, la ciencia, los datos son tozudos.

Hace ya casi una década, un artículo aparecido en la poderosa y prestigiosa Science comentaba que los cultivos transgénicos suponían una ventaja económica considerable a sus supuestos vecinos, las plantaciones no modificadas genéticamente. Hace unos días, nuevos estudios parecen demostrar que la siembra de maíz Bt, transgénico resistente a una plaga, el gusano del taladro, beneficiaría a los campos colindantes de agricultura ecológica.

Una investigación reciente confirma que el cultivo de maíz Bt en Estados Unidos ha reducido drásticamente el uso de insecticidas y ha beneficiado a los agricultores que cultivan cultivos convencionales y ecológicos en tierras colindantes. El hallazgo, realizado por científicos de la Universidad de Maryland y publicada en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences, la conocida PNAS, rebate las críticas de determinados grupos verdes que en su lucha contra la biotecnología agroalimentaria afirman que los cultivos transgénicos aumentan el uso de plaguicidas y suponen una amenaza para la agricultura ecológica. Cuando, al parecer, la realidad es muy distinta.

Los investigadores examinaron las poblaciones de dos plagas de insectos que afectan al maíz y que incluye el taladro mencionado anteriormente, presente en la Unión Europea y que también ataca a vegetales como porotos y morrones. El estudio analiza la presencia de estas dos plagas antes y después de la adopción generalizada de maíz Bt en 1996. Los científicos registraron una fuerte disminución de las poblaciones de estas plagas de insectos tras la introducción generalizada del maíz Bt en los cultivos estadounidenses. El estudio confirma que el cultivo de maíz Bt ha creado un “efecto halo” que beneficia a cultivos colindantes, ya se trate de cultivos convencionales o ecológicos. Este efecto permitió a los productores de hortalizas reducir drásticamente la aplicación de insecticidas orientados a evitar daños en sus cultivos. Por ejemplo, la disminución de la presión de las plagas en Nueva Jersey permitió a los agricultores reducir el uso de insecticidas en el cultivo de maíz dulce en un 79% y en cultivo de morrones en un 85%.

Tal y como explica el autor principal del estudio, Galen Dively, profesor emérito y consultor de manejo de plagas en el Departamento de Entomología de la Universidad de Maryland, “es el primer trabajo publicado que muestra los beneficios externos a otras plantas hospedadoras para una plaga como el barrenador del maíz, una plaga importante para muchos otros cultivos como porotos y morrones. Se está viendo una supresión de más del 90% de la población europea del taladro del maíz para estos cultivos, lo cual es increíble”.

El beneficio protector de la adopción de semillas transgénicas sobre cultivos ecológicos y convencionales había sido sugerido anteriormente, pero esta es la primera vez que ha sido confirmada por una extensa investigación de campo. Además, el estudio demuestra que los cultivos Bt también pueden ser beneficiosos para el medio ambiente ya que, además de reducir la aplicación de fitosanitarios, promueve servicios de control biológico mediante el mantenimiento de poblaciones de depredadores beneficiosos como mariquitas, crisopas, o arañas, un componente importante del manejo integrado de plagas. Visto estos resultados, ¿quién soy yo para llevarle la contraria a un PNAS llevado a cabo desde la prestigiosa Universidad de Maryland? Pues eso…